La monitorización de la presión arterial es una forma de monitorización invasiva de la presión arterial y se realiza mediante la canulación de una arteria periférica. La monitorización hemodinámica es importante en el cuidado de cualquier paciente hospitalizado. La monitorización frecuente es de suma importancia en pacientes críticos y pacientes quirúrgicos con mayor riesgo de morbilidad y mortalidad. Esto se puede lograr mediante una monitorización intermitente, que no es invasiva pero solo proporciona instantáneas en el tiempo, o mediante una monitorización invasiva continua.
La forma más común de hacerlo es la monitorización de la presión arterial mediante la canulación de una arteria periférica. Cada contracción cardíaca ejerce presión, lo que da como resultado un movimiento mecánico del flujo dentro del catéter. El movimiento mecánico se transmite a un transductor a través de un tubo rígido lleno de líquido. El transductor convierte esta información en señales eléctricas, que se transmiten al monitor. El monitor muestra una forma de onda arterial latido a latido, así como presiones numéricas. Esto proporciona al equipo de atención información continua sobre el sistema cardiovascular del paciente y puede usarse para diagnóstico y tratamiento.
El sitio más común de canulación arterial es la arteria radial debido a su fácil accesibilidad. Otros sitios son la arteria braquial, femoral y dorsal del pie.
Para los siguientes escenarios de atención al paciente, estaría indicada una vía arterial:
① Pacientes críticos en UCI que requieren una estrecha monitorización de la hemodinámica. En estos pacientes, las mediciones de la presión arterial a intervalos espaciados pueden resultar inseguras ya que pueden presentar cambios bruscos en su estado hemodinámico y requerir atención oportuna.
② Pacientes en tratamiento con medicamentos vasoactivos. Estos pacientes se benefician de la monitorización arterial, lo que permite al médico titular la medicación hasta lograr el efecto deseado en la presión arterial de forma segura.
③Pacientes quirúrgicos con mayor riesgo de morbilidad o mortalidad, ya sea por comorbilidades preexistentes (cardíacas, pulmonares, anemia, etc.) o por procedimientos más complicados. Estos incluyen, entre otros, procedimientos neuroquirúrgicos, procedimientos cardiopulmonares y procedimientos en los que se prevé una gran pérdida de sangre.
④Pacientes que requieren análisis de laboratorio frecuentes. Estos incluyen pacientes con ventilación mecánica prolongada, lo que requiere un análisis de gases en sangre arterial para ajustar la configuración de ventilación. El ABG también permite controlar la hemoglobina y el hematocrito, el tratamiento de desequilibrios electrolíticos y evaluar la capacidad de respuesta del paciente a la reanimación con líquidos y la administración de productos sanguíneos y calcio. En estos pacientes, la presencia de una vía arterial permite al médico obtener fácilmente una muestra de sangre sin tener que pinchar al paciente repetidamente. Esto minimiza la incomodidad del paciente y disminuye el riesgo de infección, ya que no es necesario violar la integridad de la piel con cada extracción de laboratorio.
Si bien la monitorización de la presión arterial puede proporcionar información invaluable, la canulación arterial no es una atención de rutina para el paciente. No es obligatorio para todos los pacientes de la UCI ni para todos los pacientes sometidos a cirugía. Para determinados pacientes, la canulación de una arteria está contraindicada. Estos incluyen infección en el sitio de inserción, una variante anatómica en la que la circulación colateral está ausente o comprometida, la presencia de insuficiencia vascular arterial periférica y enfermedades vasculares arteriales periféricas como la arteritis de vasos pequeños a medianos. Además, aunque no son contraindicaciones absolutas, se debe tener especial consideración en pacientes que tienen coagulopatías o toman medicamentos que impiden la coagulación normal..
Hora de publicación: 28 de septiembre de 2023
